La muerte acecha a Porfirio Serrano Amador

La muerte acecha a Porfirio Serrano Amador

Por fin se atrevió a hablar el Secretario de Desarrollo de Regional del Gobierno del Estado de Veracruz. En su edición del 8 de octubre de 2004, en su llamado principal del Diario de Xalapa dice: “Amenazan de muerte a Porfirio” y remiten la nota a la página 10, en donde el periodista René del Valle Rosas, subdirector del “vocero de la provincia”, quien escribe una entrevista exclusiva a Porfirio Serrano Amador, donde revela que recibió amenazas de muerte cuando el año pasado aspiraba a ser diputado federal por Acayucan, y hace tres semanas, después del asesinato de su primo Marcos Guillén Serrano en Matías Romero, Oaxaca: “el que sigue soy yo”, dijo.

La declaración de Serrano Amador cimbró la estructura del poder, y al ser cuestionado el Secretario General de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, sobre lo denunciado, manifestó que el secretario de despacho puede recibir seguridad extra y le recomendó hablar con el Procurador de Justicia, Pericles Namorado Urrutia, para que interponga una denuncia.

Flavino se dijo sorprendido con la noticia, porque nunca lo manifestó y nadie en la administración tenía conocimiento al respecto, y después “minimizó” lo de las amenazas al asegurar: “ustedes me ven que yo camino por las calles de Xalapa, saludando a la gente o viajo a Minatitlán solo, sin ningún tipo de seguridad y no pasa nada”, aunque reconoció haber recibido amenazas de muerte, pero el funcionario afirmó: “Perro que ladra, no muerde”.

También el funcionario (el que suple en sus ausencias al gobernador Alemán) dijo que “aunque la amenaza contra un secretario de despacho es grave” precisó que no es para tener temor de nada, porque Veracruz es una entidad segura; lo otro es una situación personal que hay que investigar.

El buen Flavino se equivoca. El asunto de las amenazas a Porfirio Serrano Amador no es personal, y éste perro ladra y también muerde. Lo anterior lo sabe perfectamente el todavía Secretario de Desarrollo Regional, quien nació el 3 de agosto de 1948 en la Villa de Juanita, municipio de San Juan Evangelista, de donde también es originario el polémico ganadero Cirilo Vázquez Lagunes. Serrano se tituló de licenciado en derecho en la UNAM y adquiere la maestría en 1973.

El hoy amenazado, como muchos jóvenes de la región de Acayucan, como Abel Ruiz Lopart, Miguel Ángel Díaz Pedroza, etc., se desarrollaron en la mística del “cachorro de la revolución”, el ex presidente Miguel Alemán Valdés, y eran concurrentes asiduos de la casa de doña Tomasa Valdés Vda. de Alemán, abuela del actual mandatario estatal, en la Ciudad de México, quien de manera maternal trataba a los jóvenes jarochos que le hacían recordar su amada tierra de Oluta.

Porfirio, pues conocía anécdotas de toda la familia Alemán y más cuando el ex presidente de México mandaba un mensaje a algún “descarriado” del sur de Veracruz, que ante la queja de los agraviados decía: “dile a fulano que se comporte, si no quiere que le pase como a los Azamar”. Resulta que siendo presidente, los Azamar (que tenían y tienen ranchos entre Acayucan y Texistepec) en una cantina de Oluta mataron a un tío del licenciado Alemán y huyeron; un buen día llegaron los soldados a sus ranchos en la madrugada y sacaron a 7 de los Azamar, a quienes aparte de infringirles serias torturas y mutilación de órganos, los colgaron del árbol más alto que encontraron en Oluta. Los Azamar y sus descendientes dejaron de ir a Acayucan e hicieron vida en Minatitlán.

Porfirio también conoció a los Montano y a muchos guardaespaldas del Presidente Alemán, que por los años de servicios muchos fueron compensados muy bien para no sufrir apuros económicos en la vejez; algunos llegaron hasta a ser alcaldes en el sur de Veracruz. Sin duda, el licenciado Alemán era un hombre muy inteligente, agradecido y carismático. Un popoluca puro originario de Sayula de Alemán.

Dante Delgado Rannauro, político, político, siempre buscó cercanía con la familia Alemán: siendo Secretario de Gobierno, le dio trato especial a Miguel Ángel Díaz Pedroza, al Ing. Abel Ruiz Lopart y a Porfirio Serrano Amador. También le tocó instrumentar la primera aprehensión en contra de Cirilo Vázquez Lagunes, el 23 de febrero de 1987. Los motivos eran porque el Ejército cateó su rancho, y le encontró armas de alto poder. El delito: acopio de armas.

Con el arresto de Cirilo Vázquez Lagunes, se cumplía el mensaje del entonces gobernador Fernando Gutiérrez Barrios, dado en agosto de 1986 en Acayucan, durante su campaña política: nadie fuera de la ley.

Cirilo no entendió el mensaje: jura y perjura que personeros del candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz le habían pedido dinero para la campaña, y entregó 50 millones de viejos pesos en una oficina de la Zona Rosa del Distrito Federal a Augusto Ponce Coronado, a Fernando López Ochoa y a René Mariani Ochoa.

Los motivos de la detención de Cirilo fue que en enero de 1987, la Asociación Ganadera de Jesús Carranza quería elegir libremente a su dirigente sin injerencia de Vázquez Lagunes. Los que se atrevieron a retar el cacicazgo fueron Eduardo Cortés Macón y Gilberto Guillén Serrano. Las elecciones se llevaron a cabo. Cirilo no pudo hacer nada a pesar de que concentró a más de 5 mil personas en su rancho “El Mangal”, cerca de Acayucan, y las quiso transportar en camiones a Jesús Carranza (que queda como a 70 kilómetros), pero retenes del Ejército y de la policía estatal les impidieron llegar a su destino. Con este acto, Fernando Gutiérrez Barrios le tomó la medida al llamado “cacique del sur”.

El destino de Cirilo fue estar varios meses preso en el penal de Allende del puerto de Veracruz y desterrado del estado. Se fue a vivir a Puebla, donde fue detenido de nuevo el 31 de octubre de 1994 por posesión de armas y drogas. El destino de Dante Delgado fue ser gobernador sustituto de Fernando Gutiérrez Barrios, quien fue nombrado Secretario de Gobernación al inicio del sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari. En el cuatrienio de Dante, el licenciado Miguel Ángel Díaz Pedroza fue Secretario de Gobierno, y Porfirio Serrano Amador, Secretario de Desarrollo Regional.

En 1988, Gilberto Guillén Serrano fue alcalde de Jesús Carranza, y en 1991 lo sucede en el cargo Eduardo Cortés Macón, alcalde por segunda ocasión. Al salir Dante del gobierno el 30 de noviembre de 1992, Porfirio Serrano Amador fungió como consultor jurídico externo del Multibanco Comermex, y en 1995, fue designado Subprocurador de General de la Procuraduría Agraria, cuyo titular era Dante Delgado; ahí estuvieron hasta que el ex gobernador se peleó con el presidente Ernesto Zedillo y anuncia la creación de un nuevo partido. En diciembre de 1996, son aprehendidos Dante Delgado, Porfirio Serrano y el ex secretario de Finanzas, Gerardo Poo Olibarri, por ser presuntos responsables de un peculado al erario público de Veracruz por 450 millones de pesos, pero salen libres al siguiente año al ganar un amparo federal, porque el delito había preescrito.

El gobierno que relevó a Dante Delgado, fue el del licenciado Patricio Chirinos, quien designó como Secretario de Gobierno a Miguel Ángel Yunes Linares; el hoy diputado federal independiente no sólo mantiene fuera del estado a Cirilo Vázquez Lagunes, sino que al alcalde de Jesús Carranza, en 1993, Eduardo Cortés Macón, lo meten a la cárcel por avisar que sobre el río Suchilapa habían caído bultos de cocaína: el kilo que llevaron los campesinos para notificar a su presidente municipal se quedó en la comandancia municipal, y por lo tanto era narcotraficante. Cortés Macón salió libre, pero le giraron una nueva orden de aprehensión, y el suplicio no termina porque fue detenido el año pasado de nuevo, cuando ayudaba a su amigo Dante en sus preparativos para la gubernatura.

En 1993, Gilberto Guillén Serrano no esperó otra embestida de Miguel Ángel Yunes y se fue a vivir a Chiapas. Gracias a que Ponciano Vázquez Lagunes, hermano de Cirilo, le dio ganado a medias puso salir adelante con su autoexilio, y es ahí donde queda sellado un pacto de sangre: Gilberto no podía atentar contra la vida de Cirilo y viceversa.

Tanto Cirilo (quien sale de la cárcel por un amparo, después de ser detenido en Puebla), y Gilberto Guillén Serrano regresan a Veracruz al inicio del gobierno de Miguel Alemán Velazco. Vázquez Lagunes en bancarrota; pelea que la Procuraduría General de la República le quitó su rancho y ganado, lo que lo obliga a vender parte de la finca “El Mangal”. Andaba en un Mustang viejo, iba a donde quería y Gilberto, quien siempre ha tenido fuerte influencia de Jesús Carranza, nunca se metió con él.

Con el gobierno alemanista, regresa al poder luego de estar en la cárcel Porfirio Serrano Amador, de nuevo como Secretario de Desarrollo Regional. Alemán le dio la oportunidad de oro para reivindicarse socialmente, además para marcar la línea política del anterior gobernador. El mandatario estatal no sabe todavía qué celos levantó en Alejandro Montano Guzmán el nombramiento del hombre de Juanita, Veracruz. Porfirio, alemanista de la casa de doña Tomasa Valdés y por ende, de todas las confianzas.

Porfirio Serrano Amador, no habiendo pasado un año del gobierno alemanista, demuestra su poder y patrocinó junto con el Secretario de Salud, Mauro Loyo Varela, el derrocamiento de Heliodoro Merlín Alor (ex secretario particular del desaparecido cacique Amadeo González Caballero, primo del presidente Alemán; ex alcalde de Cosoleacaque) de la presidencia de la poderosa Unión Regional Ganadera del Sur. Participan en el movimiento, en primer lugar, Gilberto Guillén Serrano y los hermanos Mantecón Rojo, cuñados de Loyo Varela. Heliodoro Merlín, sentido por el pago del gobernador a su lealtad al alemanismo, que le mereció amenazas y el secuestro de un hijo, se retira a la vida privada. Tan fuerte fue el conflicto, que se nombra como presidente de la Unión Ganadera del Sur a Alfredo Bremont, quien aparentemente no estaba en ningún grupo.

Llega el año 2000, y no se sabe por qué Alejandro Montano Guzmán revive políticamente a Cirilo Vázquez Lagunes al otorgarle la candidatura del PRI para la presidencia municipal de San Juan Evangelista, a través de su mayoral Cirilo Agüero Coello. Todavía, antes de las elecciones, en una reunión con candidatos tricolores de la zona sur efectuada en el hotel Kinakú, de Acayucan a la cual asistieron para presidirla Alejandro Montano Guzmán, entonces subsecretario de Seguridad Pública, y Roberto López Delfín, secretario particular del gobernador Alemán y encargado de la estructura electoral, los abanderados del PRI a las alcaldías les manifestaron sus preocupaciones por el regreso de Vázquez Lagunes, pero Montano Guzmán les dijo que no se preocuparan porque “Cirilo era amigo”.

La situación política en la zona sur se puso tensa, pero no menos en Xalapa, y en especial en el Gobierno del Estado, por la lucha de poder del dúo Alejandro Montano, de Seguridad, y el Contralor del Estado, Ricardo García Guzmán, en contra de todos los demás secretarios de despacho, pero en especial en contra de Porfirio Serrano Amador. La primera victima de esta sorda lucha política fue la subsecretaria de Medio Ambiente, Keyla Franco Guerrero, perteneciente a la cuadra de Montano Guzmán, quien es destituida y procesada por malos manejos en un área perteneciente a la Secretaría de Desarrollo Regional.

La lucha entre Montano y Porfirio se traslució en los periódicos, pero empieza un protegido de Montano Guzmán a actuar: Cirilo Vázquez Lagunes, quien antes de diciembre del 2000 no tenía ni para comer, ahora disponía de los recursos del ayuntamiento de San Juan Evangelista; puso a su novia Érika Hernández Sánchez como tesorera, a quien conoció en Toluca cuando tenía 17 años, siendo originaria de Oluta. La funcionaria municipal tenía la chequera en la casa donde vivía con Cirilo Vázquez Lagunes, y era quien autorizaba los gastos a pagar, inclusive el alcalde Cirilo Agüero le tenía que pedir permiso o rogarle para cobrar su sueldo.

La población de San Juan Evangelista, como era lógico, en vez de acudir al Palacio Municipal, se iba a ver a Vázquez Lagunes. En férrea voluntad de ser cacique, Vázquez Lagunes, con dinero de San Juan Evangelista, empezó a realizar obras en otros municipios, lo que molestó a los alcaldes que les invadía la jurisdicción. En el 2002, la situación política entre Montano-Porfirio-Cirilo se agravó. Cirilo Vázquez Lagunes comenzó a proferir a los cuatro vientos que iba a matar a Porfirio Serrano Amador, porque era gente de Dante Delgado, quien lo metiera a la cárcel en 1987.

Ante las acciones y bravatas de Cirilo, Porfirio se quejaba con el gobernador por el apoyo de Montano al ganadero. En el 2002, desde principios de año, se sabía en el sur de Veracruz que Porfirio Serrano aspiraba a ser el candidato de la diputación federal de Acayucan por el PRI, lo mismo con Gilberto Guillén Serrano en el distrito de Cosoleacaque, ambos primos hermanos; cada fin de semana, el funcionario estatal iba al sur a hacer proselitismo.

Como una acción temeraria, a mediados del 2002, Cirilo Vázquez Lagunes anuncia sus aspiraciones para ser diputado federal de Acayucan también por el PRI, en franca muestra de confrontación con Porfirio; y de San Juan Evangelista se fue a vivir al hotel Kinakú de Acayucan para iniciar su precampaña, y es cuando hace crisis las relaciones entre el gobernador, Porfirio y Montano. El Secretario de Desarrollo Regional, en primera instancia, gana el apoyo al gobernador y en los periódicos de la zona sur se publica acerca de una reunión entre Cirilo y el delegado de Seguridad Pública, Alfonso Lara Montero, desconociéndose de qué hablaron, pero el ganadero no sólo salió del hotel Kinakú, sino del estado.

También a mediados del 2002, veinte alcaldes de la zona sur, encabezados por el de Minatitlán, Pablo Pavón Vinales; Darío Aburto Perdomo, de Cosoleacaque; y Gilberto Guillén Serrano, con asesoría del diputado federal José María Guillén Torres, forman un bloque para contrarrestar a Vázquez Lagunes. Estos presidentes municipales, en diversas ocasiones, se entrevistaron con Montano para que pusiera orden, pero más que calmarse, Cirilo Vázquez seguía invadiendo jurisdicciones acompañado de la policía municipal de San Juan Evangelista.

El 18 de octubre de 2002, Porfirio Serrano Amador tuvo un día agitado: viajó en el helicóptero Bell 430 matrícula XC-DPC, propiedad del Gobierno del Estado y piloteado por dos excelentes operadores como eran Raúl Arano Hernández y Gustavo Piñero Medina, reconocidos por sus habilidades en poner la punta del helicóptero en el sobre el techo de una casa y salvar vidas en las inundaciones del Totonacapan en 1999; recién habían llegado de Yucatán, donde habían cumplido heroicas tareas de salvamento por un ciclón. Ese día, el funcionario estatal estuvo en Tantoyuca y en Cosamaloapan.

Ya de regreso a Xalapa, después de la reunión en la cuenca del Papaloapan, Porfirio Serrano decide de última hora bajarse en Veracruz, y el helicóptero (de los más avanzados en el mundo) descendiendo en el aeropuerto de El Lencero, en la capital del estado, estalla en el aire, y caen los restos a la orilla del lago que está en el lugar. Según la versión del ya para entonces Secretario de Seguridad Pública, Alejandro Montano Guzmán, el accidente se debió a “la escasa visibilidad, porque un banco de niebla cubría la zona”. También el funcionario policiaco anunció que se pidió el apoyo de la Comisión Nacional Dictaminadora de Accidentes, de la Dirección de Aeronáutica Civil para que realizara el peritaje y mire usted: hasta este 9 de octubre de 2004, a casi dos años de la tragedia, no sabemos que pasó con el helicóptero y la muerte de los dos expertos pilotos. El mismo 18 de octubre, la esposa del Secretario de Desarrollo Regional acudió a la sierra de Zongolica a realizar labor social, y en todo el trayecto por las montañas fue acosada por una patrulla de Seguridad Pública. Nunca se presentaron, pero si apuntaban sus armas hacia el vehículo oficial, como presagiando los hechos en el aeropuerto de Xalapa. Porfirio, mudo.

Para la época del accidente, ya Cirilo Vázquez Lagunes había retornado al sur de Veracruz, pero ahora anunciaba que se iba del PRI para incorporarse al PAN como candidato a la diputación federal, denostando al Secretario de Seguridad Pública y al gobernador.

El 7 de enero del 2003, el diputado federal por el distrito de Cosoleacaque, José María Guillén Torres, salió a las 4 de la mañana de su domicilio de Chinameca, rumbo a Xalapa, acompañado por su hermano Rafael Guillén Torres y su hijo Marco Tulio. Cerca de la desviación a Oteapan, rumbo a Jáltipan, una camioneta verde oscuro se le emparejó y mataron al legislador y a su hermano. La camioneta donde viajaban los asesinos fue encontrada 8 días después en la colonia Naranjito de Cosoleacaque, a aproximadamente dos kilómetros del lugar del asesinato, en plena carretera Transístmica y frente a una caseta de policía ¿La osadía de los asesinos era tanta o se conocían? ¿Cómo era posible que desde el lugar de los hechos, momentos después del homicidio, con las corporaciones policiacas “peinando” la zona y los comunicación al máximo por la información del asesinato, y una camioneta sospechosa pasara por el cinturón de seguridad de la carretera, donde se incluye una caseta de Seguridad Pública en la entrada a Chinameca, las comandancias de la Policías Judicial y Municipal en Cosoleacaque, y una caseta de Policía en la colonia El Naranjito sin que fuera detenida? Era tanta la investigación, que estuvo en las narices de la policía la camioneta y no la veían, pero fue encontrada gracias a las llamadas de unos vecinos.

El diputado federal Guillén Torres era hijo de Hilario Guillén, ex presidente del PRI de Chinameca; originario de Achotal, municipio de San Juan Evangelista, pariente de Gilberto Guillén Serrano.

La reacción del bloque de alcaldes por el crimen no se hizo esperar, y consiguieron una audiencia con el gobernador Miguel Alemán por la intervención del Senador Fidel Herrera Beltrán. Los ataques, todos fueron contra Montano Guzmán, por permitir que la violencia volviera al sur de Veracruz. El momento más álgido de la reunión fue cuando el alcalde de Jesús Carranza, Gilberto Guillén Serrano, airado, bronco como es en su hablar, le pidió al mandatario que metiera orden en el estado, porque se desataría la violencia y los Alemán se tendrían que ir del estado, situación que enojó al ejecutivo estatal, quien contestó que primero se irían por delante los Guillén de Jesús Carranza.

La inadecuada respuesta del mandatario hizo que el senador Fidel Herrera lo llamara a la cordura. Molesto Alemán, se salió de la reunión y se dirigió a su despacho. La audiencia terminó dejando la situación política del sur en la total oscuridad. Horas después, el gobernador localizó a Guillén Serrano, quien platicó una hora a solas con el mandatario, y de ahí se selló el destino de Vázquez Lagunes.

El 12 de febrero de 2003, Cirilo es aprehendido en San Juan Evangelista, después de que pidió a 4 periodistas que lo acompañaran para que no lo fueran a matar. La acusación era de ser el autor intelectual de 4 asesinatos, según el testimonio de uno de sus pistoleros en los primeros años de los ochentas, Rafael Lagunes Fuentes.

Después del asesinato de Guillén Torres y la aprehensión de Cirilo Vázquez Lagunes, las amenazas contra Porfirio Serrano Amador aumentaron. En círculos de amigos se comentaba que no sólo dejaría de ser candidato a diputado federal, sino que se iría del estado “porque lo quería matar Montano”.

Por fin se anunció que Porfirio Serrano Amador no renunciaría a su puesto actual para ser candidato porque se lo pidió el gobernador. El anuncio causó malestar entre las corrientes políticas del sur de Veracruz, y lo menos que dijeron es que “quería tener poder, pero no era capaz de ponerse las botas que calzara el cacique Amadeo González Caballero”. El asesinato del diputado federal y las amenazas a Porfirio, sin duda también frenaron a Gilberto Guillén Serrano para no ser candidato del PRI a la diputación federal por Cosoleacaque, en un último intento para que no hubiera más sangre. Tampoco esto sació el afán de venganza.

Antes de meter en la cárcel a Cirilo, el ORFIS (Órgano de Fiscalización Superior), al mando de René Mariani Ochoa, antiguo amigo del ganadero, al fin se da cuenta que el ayuntamiento de San Juan Evangelista no ha presentado la cuenta pública en los dos años que lleva funcionando, y el alcalde Cirilo Agüero Coello pide licencia y huye. Asume el ayuntamiento el síndico Carlos Valdés Croda, a quien le asignan dos patrullas de Seguridad Pública para que lo cuiden, y como primer acto de autoridad, destituye al Secretario del Ayuntamiento Sergio Tadeo Zamudio, y a la tesorera amasia de Vázquez Lagunes, Érika Hernández Sánchez ¿Qué creen que pasa? Lo que sucede cuando se tiene apoyo del gobierno y prevalece la impunidad. Ya sin dinero de la tesorería municipal, Cirilo Vázquez logró juntar 150 personas para protestar contra la actuación del nuevo alcalde y por los “malos manejos” de su traidor mayoral. Ripley se quedó corto.

Vázquez Lagunes, recluido en la cárcel de Pacho Viejo, municipio de Coatepec, a 4 kilómetros de Xalapa, vive como rey. De nuevo sin dinero, pero con muchos amigos en el PAN, postula a su hija Regina Vázquez Saut como candidata suplente a la diputación federal (Cirilo era el candidato antes de su aprehensión) por el distrito de Acayucan, así como a su hermano Jesús Vázquez González por el distrito de Cosoleacaque. Con un Cirilo quebrado, un Ponciano en Tabasco sin dinero por apoyar con todo la candidatura a la gubernatura del PRD de Raúl Ojeda Zubieta, y los demás hermanos Vázquez Lagunes y Vázquez González también quebrados, no se sabe de dónde sacaron dinero para camiones, reses, despensas, rifas de tractores, dinero, etc., el caso es que los Vázquez arrollaron en los dos distritos con un derroche de dinero impresionante.

Por encima de las voces de alerta para apoyar económicamente y políticamente a los candidatos del PRI a la diputación federal por el distrito de Acayucan y Cosoleacaque, nadie, ni en el PRI estatal, ni en el gobierno, hizo nada. Trataban de consolar a Cirilo. “Te metieron a la cárcel por Porfirio, no por nosotros”, era el mensaje.

Pasaron las elecciones federales de julio del 2003 y aparentemente las cosas se calmaron. De repente, los encargados de las viviendas para los damnificados de las inundaciones del Totonacapan en 1999, Salomón Orta y Horacio Barrenechea, pertenecientes al área de Porfirio Serrano Amador, son detenidos acusados de desvíos de fondos, saliendo libres mediante un amparo federal.

Llega el 2004, y campañas y elecciones para gobernador, diputados locales y alcaldes. El candidato a la gubernatura del bloque de alcaldes de la zona sur fue Fidel Herrera Beltrán, porque fue el único que les dio la mano en la “crisis con Montano”. Rápido, Pablo Pavón Vinales, ya diputado federal y líder de la Sección 10 de petroleros de Minatitlán, junto con Gilberto Guillén Serrano, trabajan en el sur de Veracruz. Hay otros dos personajes golpeados por el alemanismo que se suman al “fidelismo”: el depuesto presidente de la Unión Regional Ganadera, Heliodoro Merlín Alor, de Cosoleacaque, y Marcelo Montiel Montiel, entonces alcalde de Coatzacoalcos con licencia y candidato a la diputación local, a quien le destituyen funcionarios municipales y le intervienen la tesorería del Ayuntamiento que presidió como amenaza de que “te metemos a la cárcel si no apoyas la candidatura de Iván Hillman Chapoy a la alcaldía”.

Con más confianza, Gilberto Guillén Serrano gana la postulación del PRI como candidato a diputado local por el distrito de Acayucan, pero poco le duraría el gusto, cuando el 1 de junio de este año, en Matías Romero, Oaxaca, es asesinado por la espalda su hermano Marcos Guillén Serrano, por dos desconocidos. Las armas se volvieron a sacar entre los grupos políticos del sur.

El ex alcalde de Jesús Carranza prácticamente realiza su campaña rodeado de guardaespaldas y en medio de anónimos de amenazas de muerte para Porfirio Serrano Amador, y es cuando el 10 de agosto de este año, Ignacio Guillén Serrano lleva a su nuera a una clínica de Acayucan porque tenía molestias con su embarazo, y es donde se da otro atentado, pero el hermano del candidato del PRI fue alertado por un vigilante y pudo defenderse de sus atacantes, quienes mueren en el acto.

En el proceso electoral de este año pasan muchas cosas: Cirilo Vázquez Lagunes se distancia de Montano porque éste le había prometido que saldría rápido, y en cada proceso que gana Vázquez Lagunes, le sale otro a punto de salir del penal. El ganadero vende caro su amor al recibir a sus antiguos atacantes: Miguel Ángel Yunes Linares, operador del PAN, y a Dante Delgado, candidato a la gubernatura por Convergencia. Es aquí donde uno no se explica si Vázquez Lagunes abraza y platica con el ex gobernador, su principal verdugo, entonces por qué en el 2002 gritaba que iba a matar a Porfirio, sólo por pertenecer al equipo de trabajo del convergente. Sólo se podría entender que lo agarraban de “mono cilindrero”.

El amor Cirilo lo vendió al PAN y anunció que ganaría 23 alcaldías del sur de Veracruz, sólo que el ganadero no recibió el dinero a manos llenas desde Palacio de Gobierno para combatir a los Serrano Amador, a los Guillén Serrano y a su enemigo de siempre, Heliodoro Merlín Alor, de Cosoleacaque.

Cirilo no sólo pierde los distritos de Acayucan y Cosoleacaque, sino que sólo logra ganar con su hija Fabiola Vázquez Saut la alcaldía en Acayucan, donde los opositores eran, por Convergencia y por el PRI, los hermanos Mantecón Rojo; gana también San Juan Evangelista, donde le tienen un miedo pavoroso, porque a pesar de saquear la tesorería municipal, nadie le ha hecho algo. Todo un pueblo sometido a la impunidad.

La declaración de Porfirio Serrano Amador al Diario de Xalapa el pasado 8 de octubre del 2004, no sólo es grave: es gravísima y trascenderá cuando salgan los alemanistas del poder el 30 de noviembre del 2004.

En este juego de armas y sangre, el más débil es Porfirio Serrano Amador. Educado por el estudio, nunca su fuerte ha sido la violencia. Montano Guzmán va a ser diputado local y tendrá derecho a traer guardaespaldas, de igual manera que Gilberto Guillén Serrano. El doctor Flavino Ríos Alvarado volverá a su notaría en Minatitlán, pero tiene tanto dinero que se puede pasar una larga temporada en España, donde vive su única hija, mientras espera el desenlace. Cirilo Vázquez, algún día saldrá de la cárcel.

Dice Ríos Alvarado que desconocía el por qué no denunció Porfirio Serrano las amenazas y declaraba que podrían darle seguridad extra al funcionario: oír para creer; recordando una frase favorita del gobernador: “ni que fuera menso”, si Montano fungió por casi 6 años como Jefe de la policía (sigue mandando) y fungió como Procurador de Justicia casi 4 años (90-2004), ya vemos al Secretario de Desarrollo Regional pidiéndole justicia a su principal enemigo.

El Secretario de Gobierno dice que el estado de Veracruz es seguro; debe ser, porque cuando murió su hijo en un supuesto accidente en febrero de este año, de cuatro guardaespaldas que cuidaban al funcionario, aumentaron a 20.

Los vestigios de la “mano negra” acechan a Porfirio Serrano Amador.